Neoevemerismo y recarga ficcional

Concepto

Se conoce como evemerismo una corriente hermenéutica que, inspirada en la figura de Evémero de Mesene, defendía una interpretación literal y no alegórica de los mitos y leyendas, alegando que estos relatos tenían en su origen experiencias reales que cada comunidad había ido modificando y reescribiendo, lo que guarda alguna relación con los conceptos de palimpsesto de Genette o de iconotropismo de Graves.

Se ha descrito como neoevemerismo una corriente exegética histórico-religiosa del siglo XIX (H. Spencer) que atribuye el origen de la religión al culto de los antepasados. Más modernamente se ha aplicado el concepto de neoevemerismo a un fenómeno de la cultura mediática de reinterpretación de la historia y los mitos a partir de la teoría de los aliens («antiguos astronautas»).

Por su parte, esta apertura del significado que implica el neoevemerismo y los nuevos géneros emergentes, como las sagas –reformateadas en la industria del entretenimiento como narraciones seriales, por ejemplo, los superhéroes de Marvel–, han dado lugar a otro concepto, el reboot o recarga ficcional. Los reboot o recargas ficcionales suponen un reencauzamiento o relanzamiento de la historia-base con planteamientos innovadores, alternativos, que refrescan o «resetean» toda la trama. Es el caso de los filmes Prometheus respecto a Alien o de Batman Begins respecto a la conocida franquicia.

Se ha matizado que el reboot es una escritura en cierto modo alternativa; es decir, no es una continuación más, sino que, aun manteniendo ciertos puentes argumentales, suele dar giros o inflexiones tan acusadas como las que opera Prometheus respecto al universo Alien. Precisamente este giro va en el sentido neoevemerista: la historia de terror de la primera entrega se reinterpreta como un mito cosmogónico, donde Dios ha sido sustituido por los ingenieros o anunnakis creadores. De hecho, el neoevemerismo ha permitido una recarga de la mitología, por ejemplo de Atenea y los otros dioses en Furia de Titanes y otros filmes, donde aparecen ya claramente como superhéroes en contextos urbanos.

El siglo XX y el XXI han traído un despertar de los estudios del imaginario y una gran efervescencia. Ahora no se trata de invocar a hadas o a dioses, sino de otras hipótesis alternativas: el dios del cielo que viene y que es un extraterrestre, o el ser que nos visita del futuro (Terminator), o la lucha entre dos razas (Predator contra Alien) que usan la tierra como escenario y al ser humano como presa, botín o aliado ocasional.

 

Análisis

Grandes controversias

La hermenéutica literalista tiene una orientación hacia lo histórico, es decir, presupone que se narran hechos reales y personajes igualmente históricos. Frente a esta posición, la hermenéutica alegorista cree que el texto tiene otros sentidos superpuestos que pueden ser desvelados más allá de su sentido literal. Por ejemplo, los cabalistas suponen que Dios reveló un saber de carácter esotérico en las Escrituras, de modo que es posible llegar a descubrir los sentidos ocultos del Pentateuco, hasta llegar a alcanzar misterios tales como el nombre de Dios. Hermann Gunkel (1910) ha sido el principal estudioso de las leyendas de la Biblia. Él y Julio Welhausen han manejado distintas aproximaciones hermenéuticas, aplicadas por ejemplo a las leyendas de los patriarcas y al Génesis más como relatos folclóricos y épicos que como narraciones de eventos reales. Es decir, dudan mucho sobre si hay un núcleo de sucesos veraces y cuáles sean estos (por ejemplo, la realidad del Éxodo) una vez despojados de todos los adornos y adiciones que tuvieron estas tradiciones. Por consiguiente, la historicidad de estas tradiciones siempre está en un permanente debate. Con todo, no solo lo literal-histórico provoca disensiones; la hermenéutica alegórica heterodoxa también está en la base de muchas de las herejías y guerras más cruentas, por ejemplo, los gnósticos o los cátaros, con visión docetista de la Pasión: Jesús parecía estar en la cruz, pero era imposible que la divinidad se contaminara de lo material. En el siglo xx y en la década actual del siglo xxi, numerosos movimientos han reavivado estas polémicas hermenéuticas en su doble dirección. En efecto, en sus versiones más modernas y secularizadas, en el contexto de la modernidad, hallamos equivalencias a estas dos grandes escuelas.

La hermenéutica literalista de David Icke o los libros de Zacarias Sitchin, conocida como la «teoría del astronauta antiguo», a partir de la reinterpretación de la mitología sumeria, y que pone el énfasis en los annunaki y en lo que Freisedo (1985) llama los «falsos dioses», es una forma también de aplicar el método histórico-literal, esto es, suponer que los mitos de Zeus, la leyenda del flautista de Hamelín, o los cuentos de ondinas en el estanque, o enanos del bosque, tal vez encubran narraciones reales o que tienen una base histórica no menos objeto de consideración que las de las Escrituras o textos sagrados de diversas religiones. Zacarias Sitchin parece demostrarlo a partir de su estudio de la mitología sumeria, que desde luego da pábulo a este planteamiento. En el Poema de Gilgamesh, la leyenda más antigua del mundo, ya aparecen algunos temas primordiales. Por otra parte, el lado «escandaloso» de estas opiniones no es algo del todo nuevo, ya los propios cátaros rechazaban al Yahvé del Antiguo Testamento por su carácter cruel y vengativo, es decir, repetían los argumentos que luego S. Freisedo (1985) y otros autores han venido popularizando sobre los «dioses impostores», hasta el punto de identificar a Yahvé con Moloc y a subrayar su demanda de sacrificios, su relación primitiva con la diosa Asera y otros argumentos que debilitan su papel tradicional. En todo caso, las aseveraciones de los neoevemeristas han sido descalificadas como paraciencia o seudociencia por parte de la arqueología oficial, que desautoriza las tesis ufológicas.

 

Implicaciones

Adiestrar en lectura crítica

La controversia que supone esta diversidad hermenéutica alienta la necesidad de fomentar la lectura plural. Por ejemplo, en las antípodas del método literalista, el movimiento Zeitgeist, vinculado al proyecto Venus, no solo es escéptico respecto a la historicidad de estos mitos, sino que retoma la posición más extrema de los alegoristas, argumentando que el cristianismo, por ejemplo, no es más que un mito muy elaborado sobre la base de representaciones míticas anteriores. Es decir, hace una deconstrucción de la historia de Jesús en clave astrológica y encuentra los paralelismos suficientes como para negar toda realidad sustancial a esta figura. El movimiento Zeitgeist, como movimiento social surgido de la película-documental Addendum, que es la segunda parte de Zeit­ geist (The Movie), impulsa una relectura o deconstrucción de los mitos fundacionales de Occidente, es decir, formula antileyendas explicativas que reducen los mitos como el del cristianismo a manipulaciones más o menos burdas. Por el contrario, para quienes creen en los postulados neoevemeristas, cada detalle cuenta y no debe ser pasado por alto: las armas de los dioses, como el rayo de Zeus o el tridente de Poseidón, serían tecnologías fabuladas. Para ello, la investigación histórico-social es obligada, pues, tal como hizo V. Propp (1928) en Raíces históricas del cuento, solo una buena clasificación y segmentación de los materiales no nos garantiza una interpretación apropiada de los mismos, debemos hacer una indagación que explique sus raíces o claves. Para todo ello, la lectura crítica que confronte todos los paradigmas es la mejor herramienta.

Los alien y otros mitos de la posmodernidad

La posmodernidad ha enmarañado aún más estos temas por causas evidentes. Primero, son ya un elemento de éxito dentro de la industria del entretenimiento, como se ha visto en el fenómeno Tolkien o en películas como Avatar, Furia de Titanes, etc. La mitología es una gran coctelera de argumentos que permite la (re)generación de toda clase de mundos narrativos, dejando en suspenso su credibilidad o vinculación a una realidad más allá de la ficción. De ahí el éxito de la temática de alienígenas, que permite una gran labilidad interpretativa. Por eso la industria del entretenimiento parece impulsar una lectura puramente alegórica o diversiva, al estilo de lo que rezan los créditos de las películas: «cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia...». La modernidad lo que crea es un otro posthumano en forma de máquina, cyborg o robot. El alien sería una variante de esta etapa de posthumanidad. Son mitos fomentados por los canales y medios de la Nueva Era, que predica una especie de neopaganismo. Sin embargo, los defensores de las teorías conspirativas defienden que precisamente a través de estas sagas o ficciones fantásticas es por donde se están vehiculando relatos veraces de lo que realmente está sucediendo entre bambalinas. Por ejemplo, la saga Stargate o la serie de televisión V son auténticas visualizaciones de la teoría de los anunnakis. Volcar tales argumentos en argumentos de ciencia ficción sería algo así como lo que ocurre en el cuento La carta robada de Poe: poner lo evidente delante de los ojos para impedir que sea reconocido como tal. Son juegos, pues, entre la ficción y la realidad, muy propios de la estética posmoderna.

 

Referencias

 

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Fecha de ultima modificación: 2014-02-06